22 abril, 2015

“Se están sentando las bases institucionales para los próximos 20 o 30 años”.

“Se están sentando las bases institucionales para los próximos 20 o 30 años”.

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El jurista argentino, Dr. Alberto Binder, reflexionó sobre el proceso de Reforma Judicial que están impulsando el Congreso, el Poder Ejecutivo y las autoridades de la Corte Suprema de Justicia. Considera que se están sentando las bases institucionales a largo plazo y que servirá para fortalecer la democracia en Paraguay. Consideró importante el plan de restar las atribuciones administrativas a la Corte para mejorar el sistema. El especialista en leyes se reunió con el Consejo de la Magistratura y acompaña el apoyo técnico que está brindando el Centro de Estudios Judiciales (CEJ) a las autoridades del Gobierno.

-¿Cómo está observando el proceso de reforma que impulsa la Comisión Nacional de Reforma Judicial del Congreso?

-Es una enorme oportunidad que se esté prestando tanta atención a una renovación de las bases institucionales del Poder Judicial. Quisiera señalar que esto tiene una importancia casi constitucional. No son normas comunes sino normas de una base constitucional muy directa. Por lo tanto, el hecho de que se haya conformado una comisión Bicameral es auspicioso y debería prestarse suficiente atención para esto, para no quedar enredados en normas menores, sino en una visión institucional de largo plazo. Creo que se están sentando las bases institucionales del Poder Judicial para los próximos 20 o 30 años. Eso en el desarrollo de la democracia y en los papeles que está cumpliendo en el desarrollo de la democracia tiene una importancia extrema. Ya no podemos pensar en el Poder Judicial como un poder menor, como un poder de la periferia del sistema institucional sino la vida social está demostrando que las expectativas sociales lo empujan al centro de la escena institucional, y por lo tanto tiene que tener una institucionalidad nueva. Esto es un gran desafío porque en general el Poder Judicial arrastra un modo de funcionamiento que no es democrático no solo en el país, sino en la región.

-¿Usted cree que es necesario sacar las atribuciones administrativas a la Corte?

-Sí. Eso es esencial y hay que hacerlo de un modo bastante radical en mi opinión. Hay que tomar en cuenta que dado los mecanismos actuales de control constitucional y la tendencia de judicializar grandes problemas vinculados a las políticas públicas de los derechos ciudadanos. Los miembros de la Corte Suprema toman decisiones que tienen un impacto enorme sobre la vida social, económica y política de nuestros países. Y no podemos entonces tener a ministros de la Corte distraídos en asuntos menores. Desgraciadamente la experiencia de muchos de nuestros países, el día a día de la administración, de las licitaciones, del manejo de personal, de las influencias, de las intrigas, hace que finalmente los miembros de la Corte Suprema y los tribunales superiores estén más ocupados en esos problemas que en sentarse a estudiar y trabajar, y a consensuar las grandes decisiones jurídicas que a veces, insisto pueden ser impacto económicos y sociales de enorme envergadura.

-¿En qué va ayudar a mejorar el sistema de justicia en Paraguay?

-En lo que vengo diciendo, la Corte Suprema tiene un liderazgo que debe ser ejercido a través de una jurisprudencia sana, clara, coherente, dotándole de seguridad jurídica a la interpretación del derecho y no convirtiéndose, como muchas veces ocurre, en una instancia más arbitraria de todo el sistema judicial. Por otra parte, es necesario modernizar las estructuras administrativas para que una justicia que necesita agilizarse y modernizarse con velocidad tenga los recursos materiales y financieros para hacerlo. Aquí hay que hacer un modelo de modernización profesionalizada. En ambos sentidos, eso ayuda al perfeccionamiento del sistema judicial.

-Se habla de una nueva ley del Jurado de Enjuiciamiento. ¿En qué punto hay que enfatizar?

-La Ley del Jurado de Enjuiciamiento en general, lo que queremos es que para que haya una verdadera independencia judicial y para que haya realmente y los jueces tengan la posibilidad de enfrentarse a intereses muy poderosos y que esos intereses no los dobleguen, o que los mismos jueces que se vean enfrentados a tener que ceder para proteger su carrera, el Jurado de Enjuiciamiento tiene que tener mecanismos de transparencia y de garantías muy claros. En ese sentido, no hay misterios; se trata de trasladar las condiciones que hoy han sido fijadas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos como los estándares mínimos de un juicio justo e imparcial al Jurado de Enjuiciamiento de los Magistrados.

-¿Hay una fórmula para evitar la politización de la Justicia?

-Creo que la forma es compleja. La forma es hacer una nueva institucionalidad del Poder Judicial en donde exista la suficiente transparencia para que no exista tráfico de influencias. Restándole la administración se evita el tráfico de influencia de menor entidad, los compadrazgos, la administración judicial por tribus judiciales. Generando transparencia y oralidad en la Corte Suprema se la empuja para que la sociedad vea con claridad el modo de funcionamiento de los tribunales. La Constitución paraguaya es clara al establecer que la oralidad y los juicios públicos es el modo cómo se protege a la justicia del tráfico de influencia.

La Corte debe dar el ejemplo estableciendo un funcionamiento transparente, evitando la delegación de funciones en relatores, demostrando como los jueces dictan sentencias que respetan su propia jurisprudencia, estudiando a profundidad los casos y dedicándose a fallar que es los jueces cumplen su parte en el gobierno de la sociedad.

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