En el marco de la Presidencia Pro Témpore paraguaya del Mercosur, se realizó la XXXI Reunión del Grupo de Trabajo sobre Armas de Fuego y Municiones del MERCOSUR y Estados Asociados (GTAM). El evento se desarrolló en el salón de actos del Palacio Benigno López, sede de la Cancillería Nacional, los días 4 y 5 de junio.

El Centro de Estudios Judiciales realizó una presentación en el encuentro el día 5 de junio, en un espacio destinado a la participación de la sociedad civil. Las palabras de apertura estuvieron a cargo del Ministro Raúl Montiel Gastó, Director de la Dirección de Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores, quien dio la bienvenida a los participantes del encuentro y anunció que la reunión permitirá abordar iniciativas llevadas a cabo para prevenir, combatir y erradicar la fabricación y el tráfico ilícito de armas, municiones, explosivos y otros materiales relacionados. Además, permitirá la implementación de políticas y programas comunes, fomentar el intercambio de buenas prácticas entre los miembros asociados, mediante la coordinación y la cooperación.

La presentación del CEJ estuvo enfocada en resaltar los esfuerzos y principales desafíos de los países miembros del Mercosur y asociados, en la lucha contra la proliferación de armas pequeñas y ligeras en la población civil de la sub-región, y en especial, fortalecer las políticas públicas destinadas a la lucha contra el tráfico ilícito de armas, ligado fuertemente con el crimen organizado trasnacional.

En ese sentido, resaltamos que la nueva agenda global acordada de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establece una agenda a largo plazo que busca enfrentar problemas globales como: pobreza, hambre, desigualdad, paz y seguridad. Algunas de las metas para alcanzar esos objetivos dependen de la reducción de la violencia armada y la inseguridad; no pueden ser alcanzadas sin un adecuado y transparente control de armas a nivel nacional apoyado en el comercio responsable de armas convencionales.

La implementación del Tratado de Comercio de Armas (TCA) y su universalización complementan los propósitos de los ODS y le dan a nuestros Estados una herramienta efectiva para la reducción de la violencia armada y el sufrimiento humano.

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